sábado, 28 de marzo de 2009
RAMBO
No recuerdo fechas y rostros de esa época de vacasiones familiares en la chakra del abuelo en Cuzco. Solo recuerdo la casa de Rambo, donde él descansaba todos los días despúes de comer. La puerta de su casa era una reja y el lugar era muy pequeño; solo quepábamos el y yo. Era de cemento. Todos se preguntaban donde se encontraban el niño de 3 primaveras y el veterano pastor alemán, que abrazados dormían largas horas, mientras el día transcurría con pasividad serrana.
Publicado por fragiles memorias en 8:31
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